Las sustancias alucinógenas también son conocidas como enteógenas (cuyo significado es "Dios dentro de mí"). Su consumo es una práctica que no es exclusiva del ser humano, como veremos a continuación.
El ser humano utilizó drogas enteógenas ya desde el Paleolítico, sobre todo en ritos chamánicos que permitían acceder a una segunda realidad trascendente. Sin embargo no fuimos los primeros en drogarnos.
Giorgio Samorini, etnobotánico y etnomicólogo italiano, ha estudiado otras especies animales que también se drogan con sustancias enteógenas.
- Renos de Siberia: se alimentan de un hongo alucinógeno conocido como Amanita muscaria (hongo matamoscas). Este hongo crece debajo de coníferas, abedules y hayas y también es ingerido por ardillas y moscas. Samorini opina que los chamanes siberianos copiasen a los renos para intruducir sus prácticas. La sustancia activa de este hongo, la muscarina, puede producir en dosis altas incluso la muerte. Estimula los receptores de acetilcolina del cerebro, unos neurotransmisores ligados al cerebro. Hay componentes de este hongo en el conocido "soma", el elixir que mencionan los vedas indios, del que hay registros históricos de su ingesta desde el años 1.500 a.c.
- Hongo Psilocybe. Se trata del conocido "hongo de Dios", muy conocido y utilizado en la cultura azteca. Este hongo es ingerido por animales como el perro y la cabra, y también se ha encontrado en el estómago de otros primates. Crece fácilmente sobre excrementos de otros mamíferos.
- La cabra ingiere en algunas regiones las bayas de la planta del café para lograr excitarse. En África (sobre todo en Yemen y Etiopía) las cabras pueden enloquecer cuando toman Khat, una planta que causa euforia y que también consumen los humanos, conocida también como "Flor del paraiso". Samorini afirma que los efectos de esta planta se descubrieron a partir de la observación de las cabras.
- La judía del Mezcal es una semilla de una legumbre conocida en América del Norte desde la antiguedad. Su uso se remonta 9.000 años a.c. Asímismo, los indios norteamericanos descubrieron sus propiedades a partir de la observación de animales.
Estos son sólo algunos ejemplos de drogas que también toman los animales. Ahora bien, la pregunta es la siguiente: ¿Tienen los animales una espiritualidad y un contacto con lo sobrenatural al tomar estas drogas, tal y como ocurre con los humanos?
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